sábado, 10 de mayo de 2008

La fragilidad del paisaje


Un trabajo que estamos realizando en la actualidad nos ha permitido visitar el desierto de Atacama en la provincia de Chañaral, Chile. Hermoso y remoto lugar del planeta. O no tan remoto... Cuando caía la tarde y buscábamos un salar, pasamos junto a una duna cónica, perfecta, suavemente iluminada por el sol poniente. Alguien, había marcado las roderas del paso de su vehículo en el fútil intento de subirla. ¿Para qué?, ¿por qué?
El intento había dejado una marca que ofendió nuestra egoísta relación con ese trozo de mundo, que demostraba la presencia anterior de otra gente, que, a nuestro parecer, simbólicamente, despreciaba la belleza de esa duna.
Ojalá el viento borre pronto esa huella, ojalá su desaparición no provoque en nadie la necesidad de hollarla de nuevo.