viernes, 19 de noviembre de 2010

Señales o tecnología


Admiramos los paisajes puros. Sin artificialización, sin antropización, ¿sin información? También queremos saber, interpretar, conocer para entender y compartir. Cómo se llama esa montaña, qué altura tiene, quién vive ahí... Las señales, los paneles, los plafones, informan y urbanizan, dan pero también quitan. Además, son vandalizados aumentando su agresión al paisaje.
Hasta el siglo XX, el mapa ha sido el gran proveedor de información. El que nos permite tener el mundo en la mano, los nombres, los lugares y las rutas. Ahora bien, el mapa muestra y esconde. Es una interpretación del lugar. Es una aproximación. El GPS primero, el tom-tom después y hoy la 'realidad aumentada' nos permite posibilidades de interacción con el paisaje nunca antes vislumbradas y ofertas innovadoras de descubrimiento de los territorios que, de buen seguro, van a modificar las prácticas turísticas. Por si acaso y cobertura mediante, no jubilemos al mapa, nos puede dar muchas satisfacciones aún.