
Nuestra 'sutileza' en el tratamiento del paisaje ha ido desapareciendo a medida que incrementamos la capacidad tecnológica de transformación. Cabría pensar que a mayor capacidad corresponde mayor cuidado y responsabilidad, pero no es así. Hoy con todos los medios de análisis e información a nuestro alcance y las mayores posibilidades de diseño, hacemos reduccionismo de nuestras intervenciones en el medio, empobreciéndolo y malbaratándolo. Horadar Tindaya también usa de la capacidad transformadora, pero creo que en el espíritu del proyecto subyace todo lo contrario: Un uso sutil de la capacidad de transformación del paisaje. Aunque en Tindaya no se construye el montículo sino que se vacía, intuyo el mismo espíritu que animaba la construcción de los kuel mapuche.