domingo, 22 de febrero de 2009

El Paisaje no es teoría


En La Vanguardia de ayer[1] leí la noticia del rechazo de la administración (Departament de Medi Ambient) a la instalación fotovoltaica que los monjes de Poblet[2] promueven para producir energía sostenible y, de paso, cubrir el actual aparcamiento que utilizan los múltiples visitantes al monasterio. El motivo de la negativa es por motivos estéticos y de normativas del paraje natural y de la obligación de construir con cubierta de teja árabe. Por el contrario, los monjes arguyen que la instalación está perfectamente integrada en el paisaje y, más importante aún, ‘que los espacios naturales protegidos deben dar ejemplo de coherencia ambiental’.
A la luz de la polémica, me salta una primera reflexión: ‘El paisaje no es teoría’. Es decir, los paisajes están sometidos a la acción humana y natural, a los cambios, climáticos o no, a las nuevas y viejas tecnologías, a las arquitecturas y a las infraestructuras… El mismo monasterio de Poblet ha mejorado su entorno con sus volúmenes, construidos según las tecnologías consecutivas que, a lo largo de los años de su construcción (en realidad siglos), se usaron. Nuestro problema contemporáneo reside en que la enorme capacidad de tecnología transformadora del paisaje de la que disponemos no se acompaña de la cultura de intervención necesaria, lo que nos crea inseguridad y desconfianza en sus resultados y pusilanimidad en las decisiones: ‘mejor no tocar que seguir destrozando…’.
Mi segunda reflexión es que es necesario hacer buena práctica del paisaje sin renunciar a la modernidad, a la tecnología y a la sostenibilidad. Y no necesariamente que las cubiertas sean de teja mejora el paisaje… Además, ni siquiera son de arcilla, vienen de cientos de kilómetros de distancia y las pintan con productos químicos nocivos…

2 comentarios:

Rafa dijo...

Hola Rafa, parece evidente que el rechazo de la administración responde más a un cupo de rechazos necesarios para hacer una política sostenible, que de el razonamiento sosegado o de criterios medioambientales o estéticos. En ocasiones uno se encuentra con la dificultad de la falta de puesta en común de criterios por la lejanía de los órganos de decisión. estoy muy de acuerdo con el argumento de que el hombre modifica por sistema el medio. Lo hace como el castor, las trepadoras o las bacterias, a medida de sus necesidades y posibilidades. Creo que los criterios de los organismos oficiales van orientados a cuadrar presupuestos o a ganar elecciones, así que, como decía no se quién: Sigue el dinero

Mario Sánchez dijo...

Querido maestro, de nuevo nos encontramos ante el triunfo de la estética sobre la ética. La ética que procede en nuestros días nos obliga a plantearnos formas de generar energía que no dañen al medio ambiente, sin embargo, la estética que impone nuestro tiempo está al servicio de los teleobjetivos nipones.
Barcelona es otro ejemplo. En nuestro querido barrio del gótic abundan tiendas postmodernas que escarban en el tiempo dejando el ladrillo visto como forma estética ancestral para colgar vestidos de vinilo pegamoide. Sin embargo, en la calle Robadors abunda la droga y la prostitución (no lo busques en las guías turísticas).
Disseny BCN o Dissney BCN? Estética y ética nunca fueron sinónimos.