jueves, 9 de junio de 2011

Rutas etéreas

Muchos territorios pretenden organizar su oferta turística mediante rutas: La ruta del aceite, La ruta del vino, La ruta de los robles, La ruta del río... Cualquier motivo o excusa son buenas para organizar un recorrido. Y en realidad, así es. El problema con muchas de de ellas es que son virtuales. Tienen logo, tienen folleto, tienen incluso señales, pero no son recorribles. No se corresponden con productos sino con publicidad genérica de un espacio territorial y con datos y cifras bien relacionadas. No son rutas 'in situ', sino 'in visu', es decir para mirar o para leer pero no para recorrer físicamente.
Hoy que concentramos nuestros esfuerzos en dotar de experiencias a los productos turísticos (el llamado turismo experiencial), la profusión de 'falsas rutas' ricamente ataviadas produce en los turistas decepción al no corresponder sus expectativas con la realidad. Mejor sería seleccionar y diseñar contenidos e incorporarlos a la experiencia del visitante en cualquier formato, convencional o tecnológico. El verdadero I+D+I para los destinos turísticos.

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