domingo, 6 de febrero de 2011

La paradoja veneciana

Cualquier empresa o negocio cuida de su patrimonio. Son el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que constituyen los medios económicos y financieros a través de los cuales una empresa puede cumplir sus objetivos de negocio. Sin embargo, en el negocio turístico, la mayoría de los empresarios no procuran por la protección de su patrimonio. Al contrario, pareciera incluso que ayudan a su degradación. Me refiero al patrimonio arquitectónico, natural, paisajístico, cultural, que se erige en el imprescindible escenario de la industria turística.
Recientemente es noticia Venecia. De hecho, regularmente lo es por su continuada degradación y el peligro de inundación. Una columna de la plaza San Marcos (colonna ‘dimenticata’) tiene hoy el protagonismo por su evidente necesidad de reparación. Dice Renata Codello, directora de los Bienes Arquitectónicos y Paisajísticos de Venecia que, ‘La zona no presenta un estado de conservación bueno, en algunos puntos hay graves fisuras. No se corre un riesgo inmediato, pero algunas partes están en crisis. El problema es "serio"’.
Según las estadísticas oficiales, 7.235.628 personas llegaron a Venecia el 2009. Según otros son 20 millones los visitantes anuales. ¿En qué piensan los empresarios que se arriesgan a esta pérdida de su principal activo patrimonial? No hay dinero, dicen. ¿Hay negocio y no hay dinero? La paradoja veneciana…

1 comentario:

Marcelo Gómez dijo...

Me parece bastante interesante la relación de un patrimonio turístico y la importancia de preocuparse de el, algo muy similar encuentro en mi ciudad Pichilemu, chile.
Que depende del turismo, sobre todo en verano, buen mar, harta playa, lugares preciosos.
El tema pasa por una mentalidad cerrada al momento de no pensar en cuidar nuestro entorno.

Gracias

Atte

Marcelo Gómez Oróstica